sábado, 10 de marzo de 2012

Menos, pero no menos.

Las nueve niñas del grupo
El 8 de marzo, con ocasión del Día Internacional de la Mujer,  los peques  realizaron  un pequeño regalo a su madre,  en prueba de agradecimiento por su entrega total y dedicación indiscutible tanto en el ámbito laboral como en el familiar.

Con sus amigos más blanditos
En nuestro grupo de clase, como aún en muchos lugares de nuestra sociedad, las niñas constituyen una minoría. Estas forman un grupo de nueve mientras que el número de varones casi les dobla.  Sin embargo, eso no las restringe, ni desanima, ni las limita en absoluto. Porque aunque son menos, no por ello son menos.

Una colección de muñecas
Cierto es que a la hora de hacer agrupamientos, el desequilibrio entre ambos sexos es bien patente. A la hora de trabajar rincones, realizar trabajos grupales,… se ha de dar una mayor riqueza de relaciones y actitudes si los grupos lo forman individuos de diferentes sexos. Es difícil distribuir equitativamente a las niñas en todos los grupos,  puesto que a veces formamos  cinco, seis, cuatro equipos…No obstante, puesto que desde el primer día ha sido algo natural, nunca se nos ha presentado la menor dificultad en los agrupamientos y ellas ven como normal, si se presta  la ocasión,  el formar parte como único miembro femenino en su grupo.


Potenciales ingenieras.
Cuando reflexiono acerca del tipo de educación que recibíamos hace unos años, descubro  con satisfacción de que hemos avanzado mucho en los distintos ámbitos.  Personalmente reconozco que aunque  no carecí de  oportunidades, tuve que luchar mucho más para conseguir mis metas que los varones que me rodeaban.  Hemos de tener en cuenta que muchos de nuestros mayores consideraban que la formación de la mujer fuera del hogar no servía absolutamente para nada.

Nos apasionan los libros
Sin pararnos en situaciones extremas de explotación de la mujer que aún se dan en demasiados casos en nuestro mundo, eso no es debatible, me gustaría que reflexionásemos en las situaciones más que habituales  que se dan en aquellos entornos en los que ya no se cuestiona la igualdad de la mujer con el hombre. Hemos de reconocer que,  aunque hayamos alcanzado logros,  aún quedan muchas cadenas ocultas en lo más profundo de nuestro ser, ideas arraigadas y grabadas a fuego sobre las que no nos hemos parado  nunca a pensar porque no son noticia, porque no han saltado a la prensa,  simplemente porque no son comerciales. Muchas veces defendemos a la mujer haciéndola adoptar posturas que tradicionalmente han sido  masculinas, forzándolas a renunciar a su propia esencia,  privándolas de la pasión que le produce algo intrínsecamente femenino como es la maternidad, la lactancia, su capacidad de servicio hacia el ser humano,… y en la cual radica gran parte de su poder en la naturaleza.  Pero eso sí, se le impone desde los estratos más populares  de la sociedad que sean bellas, sofisticadas, elegantes,…en una palabra, unas perfectas consumidoras de productos de belleza, clínicas de estética, vaivenes de la moda,…  Contrariamente, en pos de un feminismo de máscara, se les pide sutilmente, muchas veces, que no sueñen de niña con ser princesas, que elijan cualquier color antes que el rosa, que se dejen de atropellar en un partido de fútbol que no les motiva, que jueguen a muñecas a escondidas, que se disfracen en masculino en sus juegos para ser mejor considerada…
Bailar es sano y divertido.

La mayoría de la gente pensará, al leer esto,  que esta postura es algo exagerada y que las niñas en el ambito educativo, son libres de elegir y  altamente reconocidas. Nadie se cuestiona  la superficialidad que encierra el hecho  de que lo más deseable  para las niñas  y lo más coeducativo que llegamos a programar, en demasiadas ocasiones, son actividades cuyos objetivos son que ellas  adopten los patrones masculinos de siempre.

Trabajamos en nuestro blog.
 La coeducación debería dirigirnos a que tanto  niños como niñas descubrieran la grandeza y el valor que tiene el ser mujer. Porque si nos paramos a pensar,… ¿Quién no ha escuchado alguna vez a marido  irreflexivo mofándose de las reacciones de su mujer en el parto? ¿Quién no ha escuchado un chiste acerca de aquella mujer que decide alargar su lactancia más allá de los límites que mandan los cánones sociales? ¿Quién no ha oído alguna bromita acerca de la etapa del climaterio en la mujer, despreciándola  ya como inservible o histérica? ¿Qué mujer a la que apasione su maternidad no ha de ocultarlo en ciertos ambientes? ¿Quién no ha escuchado un comentario desagradable sobre las mujeres que optan por mantenerse sin pareja? ¿Quién no ha recibido algún comentario sobre la inutilidad de la mujer que opta por trabajar únicamente al servicio de su familia?…Tristemente esto pasa también por los oídos de nuestros jóvenes. Ideas terriblemente arraigadas  hoy y si lo analizamos, más de lo mismo.
Derroche de sonrisas

El rosa es mi color
Históricamente uno de los hitos en la dominación de la mujer proviene de una necesidad del varón por controlar ese don tan único de la mujer como es la maternidad, no solamente biológica sino espiritual y tornada en una alta capacidad para su entrega al servicio de la persona. Es una manera de que el varón mantenga la garantía de su descendencia, de dominar ese don único de transmitir la vida, esa capacidad de entrega. Leamos en nuestro interior y comprobaremos  que muchas de nuestras prácticas coeducativas, aunque cargadas de buena intención, no son más que un escaparate, un envoltorio carente de contenido. Tristemente en muchos casos, sin mala fe, una palanca para privar a la mujer de su ser intrínseco de ser mujer, de esa naturaleza de la que se pretende privarla, no con nuevas armas, sino con las misma de siempre, disfrazadas de modernidad.

2 comentarios:

  1. Gracias por dedicarnos este dia y compartirlo con los niños.

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    1. Dedicado a estas nueve niñas, sus mamás y abuelas. Que ojalá aporten su granito de arena para que se reconozca cada día más el valor de la mujer.

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